Este poema LXXVII pertenece a la obra Soledades, de Antonio Machado. Esta obra fue escrita en 1903 y posteriormente ampliada en 1907 y se caracteriza por estar encuadrada dentro de la etapa modernista, a la que Machado pertenecía en sus inicios.
El poema comienza con una breve introduccion a lo que le sigue el núcleo del poema, en el que habla del dolor como su constante compañero que le recuerda tiempos mejores, finaliza describiendose su vida como un sinvivir..El poema se relaciona directamente con la concepcion de Dios que tenía el autor, un constante deseo de creer para darle sentido a la vida aunque su mente le imposibilite esto. Este poema de Soledades destaca esencialmente por esto, porque en él se trata el tema teológico, poco habitual en Machado y otro mucho más habitual, el recuerdo y el sueño, típicos de su poética. Por esta temática se puede colocar dentro de la vertiente modernista intimista que se aprecia en muchos poema de Soledades.
El tema del fragmento es el problema existencial, como el tiempo va pasando, por qué existimos, etc.
El texto hace referencia a la vida de Machado de una forma distorsionada, muy en la estética modernista. Para conseguir entender este texto hace falta comprender los símbolos machadianos, esenciales en su literatura.
La métrica que usa Machado en este poema es la mas común dentro de sus bras, la silva arromanzada, basada en la libre disposición de versos endecasílabos y heptasílabos con rima asonantecon rima consonante ABAB en la primera estrofa. La segunda estrofa es su clásica silva arromanzada con rima asonante en los versos pares.
El autor usa diferentes recursos estilísticos para darle diferentes efectos al poema. En la primera línea se observa un epíteto ("tarde cenicienta y mustia") con el que el autor consigue darle más expresividad al poema y a su vez, sobrecargarlo, algo propio de la estética modernista. Acaba la línea y nos encontramos con otro recurso estilístico, en este caso un encabalgamiento con el que el autor intenta darle algo de ritmo al poema ("mustia, destartalada"). El siguiente recurso estilístico que se observa aparece en la quinta y sexta línea, un hiérbaton que hace destacar una parte del sintagma mediante la alteración del orden sintáctico normal. En la línea 13 aparece un símil, comparando su vida con la de un perro (con lo que se establece una personificación en esa misma línea, dándole al perro capacidad de decisión) y algo después con la de un niño. Durante las líneas 18, 19 y 20 aparecen muchas conjunciones lo que le da lentitud al poema (lo que se conoce como polisíndeton) con el objetivo de destacar el contenido. En las líneas 21 y 22 se observa una etopeya, una descripción de los rasgos no físicos de una persona ("así voy yo, borracho, melancólico, guitarrista lunático, poeta"). Y no puedo sino, antes de acabar, es necesario mencionar el recurso lírico más usado en la literatura de Machado, los símbolos. En este poema el símbolo que destaca sobre el resto es la tarde, que representa la vejez, el ocaso de la vida. También aparecen el recuerdo, la nostalgia y el sueño, símbolos de lo inasible de los pensamientos. Por otra, parte también está presente el símbolo del camino en los que el poeta “yerra”, como una revisión de los errores de su vida. El tratamiento de Dios concuerda con el de otros poemas como esa figura todopoderosa e inalcanzable. Esa es una buena muestra de los recursos estilísticos que se encuentran a lo largo de la obra, por lo que se pasará a analizar otros aspectos de éste.
En cuando a los recursos morfosintácticos, se utiliza un estilo nominal con bastantes adjetivos, lo que le da bastante lentitud al poema, acorde con su temática pesimista, siempre en primera persona, lo que también concuerda con la corriente modernista de corte intimista que seguía este texto. El tiempo verbal es el presente y a pesar de la obvia subjetividad del texto no se aprecian verbos en forma subjuntiva que corrboren esta idea, apareciendo únicamente verbos indicativos. Como ya se ha mencionado antes hay multitud de adjetivos, la mayoria de ellos de tipo especificativo.
El léxico usado es simple y no hay términos de otras lenguas ni palabras excesivamente cultas. El campo semántico más destacable del poema son los términos anímicos con los que Machado le da expresividad al poema . Este campo se puede subdividir entre los que se refieren a Machado y los que no. En el primero se ven algunos adjetivos como "borracho", "melancólico", "poeta", "pobre". En el segundo caso se observan otros adjetivos como "sombrío", "cenicienta" o "mustia". Como se puede ver, son todos adjetivos oscuros, lo que da idea del tema pesimista del poema. La mayoría de las palabras presentan un significado denotativo, es decir, su sentido es literal. Sin embargo, también se puede observar el uso connotativo del lenguaje en la presencia de los símbolos típicos de Machado.